Época:
Inicio: Año 400
Fin: Año 600

Siguientes:
Bases demográficas
Estructuras campesinas
Ciudad y comercio
Lenguaje cristiano en las relaciones de poder
Monaquismo occidental
La cultura cristiana
El Papado
Propiedades campesinas



Comentario

No cabe duda de que es en el plano de las estructuras socioeconómicas, y de sus fundamentales mutaciones, en el que se ha situado uno de los debates esenciales de la moderna historiografía; y ello tanto en una perspectiva de matiz marxista como weberiana. Sustituida para la época que nos ocupa la vieja concepción decadentista por otra que acentúa el carácter propio del periodo, concretado en la particular estructuración de elementos de la Antigüedad clásica con otros de los tiempos plenamente medievales, es evidente que el análisis de las realidades socioeconómicas deberá centrarse en las transformaciones sufridas por el campo y la ciudad, con el telón de fondo de los diversos factores demográficos.
Especial interés tiene el estudio del medio rural, dada la supremacía indiscutible de lo agrario en las sociedades occidentales de estos siglos. Si partimos del predominio significativo de la gran propiedad senatorial durante el llamado Bajo Imperio, tendrá particular importancia el análisis de los posibles cambios introducidos en tal statu quo por el asentamiento de grupos de invasores germánicos y el establecimiento de las nuevas formaciones estatales romano-germánicas; máxime si se tiene en cuenta que ambos fenómenos se produjeron bajo modalidades y tiempos muy diversos, y sobre zonas del antiguo Imperio romano dotadas de particularidades específicas por la geografía y la densidad demográfica y por su misma tradición histórica anterior. Tampoco puede olvidarse que el punto final de la evolución socioeconómica de estos siglos sería la plena afirmación de dos grandes clases sociales bien definidas horizontalmente: la aristocracia feudal latifundista, con una funcionalidad en su mayor parte militar, y un amplio campesinado dependiente (servidumbre de la gleba). Polarización social, realizada en base a criterios económicos y político-ideológicos, que se vería unida a la generalización, aunque con variedades y excepciones regionales, del denominado régimen señorial en la explotación de la gran propiedad.

En el ámbito urbano, el análisis también debería centrarse en torno a la problemática planteada por las continuidades y discontinuidades con respecto a la Antigüedad clásica. Una tal problemática abarca tanto a la ciudad en su mero aspecto físico -en sí mismo o en relación a todo un territorio centrado en ella- como en su contenido social y a su función económica.